Cuando encontré mi primera colmenilla…
Colmenillas… Las setas que “te encuentran ellas a ti”
Había escuchado decir que encontrar una morchella (fuera de la especie que fuera) no era cosa fácil.
No se equivocaban: no lo es. Y menos cuando eres un principiante (en esto de las setas), y no has encontrado nunca ninguna.
No sabía por donde empezar: Un bosque quemado? La ribera de algún río?…
Siguiendo una pista… (de colmenillas, claro)
Recuerdo haber visto entonces un vídeo en YouTube, donde dos seteros recorrían la orilla de un río, encontrando bellas colmenillas.
Curiosamente, aquel paisaje que ellos recorrían en el vídeo, a mí me recordaba mucho a un lugar que yo había visitado numerosas veces (no buscando colmenillas, pero sí otras setas).
En aquel lugar, que yo conocía, también había un río; lo había cruzado la mayoría de las veces en que había estado por la zona, investigando; pero nunca fui allí en primavera, que es la época en la surgen las morchellas.
Así que planeé una visita de nuevo a aquel paisaje; pero esta vez la seta que yo quería encontrar iba a ser la tan preciada y “misteriosa” colmenilla.
Caliente, caliente…
La verdad, es que para mí sorpresa, y como si de cosa de magia se tratase, tuve mucha, mucha suerte:
Sólo llegar al lugar donde, pareciéndose al lugar del vídeo que había visto, presumía podían hallarse las colmenillas, y dar unos cuantos pasos, afinando la vista, apareció la primera!
Lo primero, debo pedir disculpas, porque las fotos que voy a adjuntar a continuación pecan de mala calidad, y están bastante borrosas… Las hice con el móvil, que era con lo que en aquella época hacía las fotos (esto era el 29-03-2012, de hecho, recién empezada la primavera, y la cuestión es que las cámaras de los móviles no eran tampoco lo que son ahora).
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- Mi primera colmenilla…
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- Ya en la mano… 🙂
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- El paraje…
Un golpe de suerte
Entonces, he dicho que tuve mucha suerte, porque esto ocurrió prácticamente al momento de llegar al lugar… Pero por más que seguí buscando no pude encontrar ninguna más aquel día.
Indagué por la zona, pero nada. Las colmenillas se habían acabado para mí; si había alguna más, yo no conseguí verla.
En días posteriores, acudí a la zona de nuevo: subí y baje por una ribera y otra del río, pero nada.
Entendí bien eso de la dificultad, y de cuan “caprichosas” son estas setas.
No en vano, y haciendo referencia a esto, se dice que “la colmenilla es la seta que te encuentra ella a ti, no tú a ella”. 🙂
Luego, en posteriores salidas, he tenido la suerte de encontrarlas en mayores cantidades (tampoco en exceso), y en diferentes hábitats. Pero esas ya son otras historias, que también contaré más adelante 🙂
Muchas Gracias por haber dedicado una parte de tu tiempo a leer esto…
El administrador de “Fotos de Setas”.
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